11 excusas típicas para no tocar un Kamishibai (ni con un palo) - Kamishibai® Academy
11 excusas típicas para no tocar un Kamishibai (ni con un palo)

11 excusas típicas para no tocar un Kamishibai (ni con un palo)

¿Has descubierto el universo del Kamishibai y te ha fascinado, pero no terminas de decidirte a hacerte con uno? Comprueba que no padeces alguno de estos 11 síntomas. Cuidado, que son contagiosos.

“¡Qué preciosidad!” “Me encantan las ilustraciones”. “Es una chulada”. “Súper original”. “Claro, ¡tenía que ser japonés!”

Si al ver un Kamishibai en acción (o en Instagram) se ha paseado por tu cabeza alguna de estas frases, ten cuidado. Ya estás contagiada, ahora todo tu ser se va a rebelar contra ti para alejarte de él lo máximo posible, con todo tipo de artimañas. Bienvenida a las 11 excusas típicas para no tocar un Kamishibai ni con un palo.

  1. Los niños lo que quieren es ver videos en YouTube.

Si esta afirmación tan categórica se ha adueñado de tu mente y está eliminando de tu memoria todo lo que has vivido al ver un Kamishibai, cuánto lo sentimos. ¡Estás infectada!

Por supuesto que el Kamishibai no puede competir con la imagen en movimiento, pero es que tampoco lo pretende. Si metemos en el mismo saco al Kamishibai y a YouTube, en realidad no hemos entendido nada.

YouTube es una plataforma que puede contener mucho material interesante para los más pequeños. Aquí tenéis un buen ejemplo. Y también puede contener gran cantidad de material igual de apestoso que un montón de estiércol (no, no vamos a poner ejemplos por respeto a vuestra salud mental). Da igual. Al fin y al cabo, son siempre los mismos videos. Nunca cambian, por muchas veces que los veamos.

Una narración Kamishibai es única. Las ilustraciones podrán ser siempre las mismas (si así lo deseamos), pero la forma en que contamos la historia es irrepetible. Ahí está gran parte de su valor: aunque tu público te pida que la cuentes otra vez, nunca podrás hacerlo de la misma manera.

Reflexiona sobre esto: un niño al ver YouTube quizá quiera convertirse en youtuber. Que lo consiga es complicado, hacen falta medios y recursos. Un niño que escucha una narración Kamishibai, es muy probable que quiera convertirse en narrador. ¿Puede? Eso sólo depende de si le dejáis o no: él ni siquiera necesita saber leer para serlo: ¡tiene la imagen por la parte de atrás!

Ya, pero los niños lo que quieren es ver videos en YouTube. ¿Estás segura? Preséntales el Kamishibai con un poco de ceremonia y lánzate a narrarles una historia que tenga ilustraciones llamativas. Y luego pregúntales si lo que quieren ver es el enésimo video de gatitos cayéndose desde una estantería o que contéis otra vez “Señor Nimbo y la máquina de nubes”. ¡Cuéntanos qué ocurre!

  1. Ya tenemos suficientes juguetes en casa.

¿No sería genial que pudieras poner una especie de “filtro” para todo aquello que entra sí o sí en tu casa, sobre todo si va destinado a los más pequeños? Una no sabe muy bien qué cara poner cuando alguien aparece en su casa con uno de estos 35 horribles juguetes infantiles que nunca deberías regalar, pero ahí están. Esas "cosas". Y lo peor es que si las tiras, vas a recibir amonestaciones y disgustos (quizá no de tus hijos, sino del artífice de su compra).

Bueno, te estaríamos dando la razón si no fuera porque… ¡estás infectada! El Kamishibai no es exactamente un juguete educativo, ni un libro. Es todo eso y mucho más. A nosotros nos gusta definirlo como “la Thermomix de los cuentos”, porque en él se pueden cocinar con facilidad las historias más fascinantes.

Muy pocos juguetes tienen infinitas posibilidades, y muy pocos libros pueden dejar de ser libros (no cuenta cuando se usan como pata del sofá). Dentro del Kamishibai cabe todo lo que tu imaginación pueda concebir. Desde historias ya creadas con ilustraciones maravillosas, hasta las vuestras propias. Los ingredientes los seleccionáis vosotros mismos y los platos los personalizáis al gusto de los comensales. ¡Es la máxima expresión del DIY!

  1. No se me da bien ni contar un chiste.

Lo tienes claro: el Kamishibai te parecía maravilloso si no fuera por el “pequeño” detalle que, al fin y al cabo, se trata de hablar en público. No sólo eso: se trata de contar en público una historia que ni siquiera te la has inventado tú. Vamos, dirás, que si no tengo ni gracia ni para contar un chiste, imagínate un cuento… ¡alarma, estás infectada!

No hay que tener ningún talento especial para utilizar un Kamishibai. Ni ser actriz o cuentacuentos profesional. Sólo hay que saber leer y atreverse a ser uno mismo. A partir de ahí, se abre todo un universo de posibilidades. Puedes improvisar partes del cuento, añadir música, utilizar vestuario, cuidar la iluminación, crear un nuevo final… o leer la historia tal cual. Lo más importante es que hagas la historia tuya. Recuerda que “el cuento no es el cuento, el cuento es quien lo cuenta”.

Cuando cuentas un chiste, o algo que le ha pasado a alguien, no sueles tener más recursos que tu voz y tus gestos. Cuando lees un libro infantil de buenas noches, sueles hacerlo sujetándolo con las manos. Cuando usas un Kamishibai, estás abriendo de par en par una ventana a la imaginación: tu audiencia ve lo que cuentas, tienes las manos totalmente libres y creas una distancia entre el que lo narra y el que lo escucha. Aunque te parezca que estás “simplemente leyendo sin gracia ninguna”, en realidad estás multiplicando la inmersión.

  1. ¡Si no leen ni los nombres de las apps!

Mira que le pongo mis mejores intenciones. Mira que voy con ellos a librerías infantiles chulísimas y les dejo que sean ellos quienes elijan los libros que más les llaman la atención. Mira que todas las noches me lo trabajo para que lean un poquito. Nada. Al final, se aburren como ostras y me preguntan si pueden jugar con el iPad. Yo creo que por no leer, no leen ni el nombre de la app.

La desidia lectora se ha apoderado de toda tu familia. Ya no hay vuelta atrás. Un Kamishibai sólo empeoraría la situación. Pues sí… ¡estás infectada!

Si piensas que el Kamishibai es simplemente un cuento en láminas, estás viendo el vaso medio vacío. Se lleva usando desde hace muchas décadas para fomentar la lectura en muchos países, con gran éxito. ¿Sabes cuál es una de las claves que hace que triunfe, mucho más que una lectura con un cuento en la mano? Algo tan simple como que nadie ve que lo está leyendo el narrador. Aunque les hayas explicado bien clarito cómo funciona, es abrir las puertas del teatro y todo tu público deja de verlo como una lectura. Y se empieza a generar un vínculo muy especial entre el narrador, el público y el cuento.

Cuando usas el Kamishibai no hace falta forzarles a leer: ten por seguro que querrán convertirse ellos en narradores, pasar las láminas, enfrentarse a un público… A poco que sepan leer, se pondrán inmediatamente a narrar el texto. Pero incluso si todavía no saben leer bien, se pueden inventar la historia: por la parte de atrás del teatro siempre están viendo la imagen que su público está viendo. Es decir, les estás dando muchas motivaciones para leer y disfrutar de la lectura.

  1. Ya me lo haré yo, que soy muy apañada.

¿Qué es un Kamishibai? Pues un marquito de madera donde pones imágenes, ¿no? Bueno, eso me lo puedo fabricar yo fácilmente, que soy muy manitas. Y si no seguro que encuentro cientos de tutoriales en YouTube. O puedo hablar con mi amiga Dani, que es ebanista. Me echará una mano encantada. Además así me ahorro un dinerillo.

Vaya, no sabes cuánto lo sentimos, pero… ¡estás infectada!

Lo entendemos perfectamente. El aspecto artesanal que respira un butai de madera es engañoso (de los de cartón ni hablamos, no captan ni un tercio de la atención que captan los de madera: se mueven, se cierran, se caen y se rompen a la tercera lámina).

Sí, un butai parece fácil de construir. Sí, tienes un estupendo tutorial de cómo construir un Teatro Kamishibai aquí. No, vas a tardar muchísimo más de lo que crees. No, no pienses que te va a salir barato (y eso sin contar las horas invertidas y los desplazamientos).

Sí, pero ya me lo haré yo, no me importa. De acuerdo, lo único que te deseamos (a parte de buena suerte) es que el proceso no te aleje de tu objetivo final: darle uso al Kamishibai. Ten el umbral de frustración bien alto para no sufrir el síndrome del pastelero: cuantos más pasteles hace, más odia el dulce.

  1. Es mucho lío y no tengo tiempo para historias.

Ay, esta vida que llevo, que solo tengo tiempo para lo urgente y lo importante lo guardo en un cajón para abrirlo de vez en cuando. Y el caso es que antes tenía tiempo para todo, pero ahora…

Si el fantasma del Conejo Blanco de Alicia se ha apoderado de tu vida y te hace pensar que el Kamishibai es una maravilla, pero también un maravilloso lío consume-tiempo… ¡estás infectada!

Tranquila, aquí no vamos añadirte más estrés contándote cómo reducir el estrés. Simplemente queremos decirte que la mayoría de nosotros está igual, con falta de tiempo. Somos de la opinión que desde la llegada de los dispositivos inteligentes con acceso a internet, se ha desatado una batalla campal por la conquista de nuestro tiempo. Todos lo quieren, desde las redes sociales más concurridas hasta los servicios de streaming más novedosos. “¡Págame con tu tiempo! Al fin y al cabo soy gratis o muy barato…”. Si metemos al Kamishibai en el mismo saco, entonces sí que nos hemos liado.

El Kamishibai es una técnica absolutamente social, y por eso puede parecer algo complicado a primera vista. Nada más lejos de la realidad. Es cierto que puede ser tan complicado como tú quieras, pero, en esencia, es muy sencillo: solo necesitas que alguien se pare a escuchar. La duración de las historias en su forma más básica está entre 5 y 10 minutos. Su preparación previa más simple no lleva más de un minuto. Y la recompensa es muy valiosa: diversión, autoestima, capacidades sociales… No, ningún estudio científico avala esta afirmación, pero nos gusta pensarla: una narración Kamishibai de cinco minutos con tus hijos equivale socialmente a tres horas de actividad en Instagram.

  1. No me hace falta el armatoste ese del teatro (a.k.a. “qué bonitos los salvamanteles”).

“¡Qué bonitos los salvamanteles!”, escuchamos de vez en cuando cuando alguien ve unas láminas Kamishibai fuera del butai.

“Bueno, esto ya estaba inventado con las flashcards”, nos cuentan cuando explicamos la técnica con las láminas en la mano y sin el teatro.

“Pero, ¿cada lámina es un cuento?”, nos preguntan confundidos al ver las láminas sueltas.

En realidad, no hace falta ese armatoste de madera para contar historias, sean Kamishibai o no. Con sujetar los “folios” de la historia con mis manos, el efecto es el mismo. Que sí, que lo he visto en YouTube.

Si crees que la naturaleza te ha bendecido con un carisma desproporcionado, que tienes tanto poder de captar la atención que ni el espectador más despistado se te resiste, que incluso con tu cara detrás de un puñado de folios tu público se entera de algo… precaución… ¡estás infectada!

Si ya eres asidua de nuestro blog, sabrás cuánto detestamos “dogmatizar” sobre el Kamishibai. A día de hoy, nadie tiene suficiente autoridad científica como para encorsetar la técnica hasta reducirla a un conjunto de normas que definen quién hace Kamishibai en este mundo y quién no, y menos aún si sólo se basan en tradicionalismos o experiencias personales. Kamishibai eres tú, un cuento en láminas y tu público.

Lo que yo decía, que no me hace falta el armatoste ese del teatro. Bueno, no es que no te haga falta, es que lo que vas a conseguir sin él no es ni la mitad de provechoso. Te va a costar horrores predisponer a tu público a la escucha. Vas a necesitar algo más que tu propia voz para conseguir ese halo de misterio y magia que viene incluido en el teatro. Y si encima estás usando folios en lugar de láminas del gramaje apropiado… tu narración se va a degradar de “maravilla” a “chapucilla”. Y, lo creas o no, esto influye enormemente en todo aquello que quieres conseguir al contar un cuento (incluso si el propósito es únicamente entretener).

Sin utilizar el teatro, tu cuento Kamishibai será un precioso muestrario de... salvamanteles.

  1. Tiene pinta de ser muy caro.

Se ve que alguien se acercó a Voltaire y le dijo: “La vida es dura”. A lo que él respondió: “¿Comparada con qué?”.

- Por mi experiencia (o por el buen gusto que tengo), todo lo que me llama poderosamente la atención vale un ojo de la cara. El Kamishibai me parece increíble, así que tiene que ser carísimo.

¿Cómo? ¿Que has llegado a pensar esto? Oh, cielos… ¡estás infectada!

- No, lo siento, esta vez no estoy infectada. Me parece bastante caro para lo que ofrece.

Si estuviese fabricado en China, si quienes cortan la madera y graban las letras japonesas en la puerta no fuesen compañeros, si no lo hubiésemos sometido a mil y una narraciones para encontrar un equilibrio entre calidad, facilidad de uso y durabilidad…

- ¿A qué te vuelvo a poner la excusa 5, “ya me lo haré yo, que soy muy apañada”? Sigue siendo muy caro.

Vale, dejemos los argumentos comerciales a parte. El teatro debería hablar por sí mismo (aunque en realidad quienes lo hacen son todos los gaitos kamishibaiyas que usan nuestro Teatro Kamishibai).

- Al grano.

Pues que quizá no deberías ver el Kamishibai como si fuera un libro infantil, tiene muchísimas posibilidades más. Quizá lo que necesitas es encontrar el teatro más adecuado para ti, tanto por necesidades como por presupuesto. Si ves claramente que lo vas a usar en casa, por ejemplo para contar cuentos de buenas noches como nunca, o para tener todo un abanico de actividades que antes ni se te pasaban por la cabeza, desde tan solo 32,95€ te puedes hacer con un Teatro Kamishibai KIDS (A4) de madera...

- Me sigue pareciendo caro.

No quería sacar a Voltaire, pero… ¿comparado con qué?

  1. Un regalo estupendo… pero para Navidades.

Efectivamente, en cuanto viste el Kamishibai pensaste que sería uno de los regalos más originales que has hecho en los últimos años. El problema es que… ¡todavía no es época de regalos!

Este síntoma muchas veces viene de la mano del número 2, “ya tenemos suficientes juguetes en casa”, generando un cuadro que parece tener una complicada solución. ¿Y si me convierto en esa persona odiada que les llena la casa de trastos que nunca usan? Quizá lo aprecien más en Navidades, pero, claro, si ni siquiera saben lo que es, ¿cómo lo van a valorar? Y además, si no lo han pedido, seguramente se sientan decepcionados.

¿Te lo dices tú o te lo decimos nosotros? Venga, va… ¡estás infectada!

A lo largo de los años, hemos visto reacciones muy diferentes en aquellos a los que les descubrimos la técnica del Kamishibai por primera vez. Como tú, muchos lo ven como un regalo genial y original. Y la verdad es que lo es. Pero también te invitamos a que le tomes la temperatura a esa idea: si no es muy elevada y la persona que va a recibir el regalo no sabe ni lo que es, te recomendamos que cambies de regalo. Ni siquiera para Navidades.

Cuando alguien no conoce el Kamishibai, no necesita explicaciones maravillosas: necesita vivirlo. Te va a tocar hacer una demostración si no quieres escuchar alguna que otra falsa verdad ("aha, qué regalo tan interesante, muchas gracias"). Y si vas a hacer una demostración, te recomendamos estar muy motivada para hacerla. Así que si el termómetro revienta ante la sola idea de regalar un Kamishibai, no hace falta que lo dejes para Navidades. ¡Siempre será un éxito!

  1. Lo usarán una vez y ya.

Mira a tu alrededor. ¿Serías capaz de contar con los dedos de una mano todas aquellas cosas que hace más de tres meses que no usas para nada? Aquellas que cuando entraron en tu vida parecían que la transformarían por completo, pero que luego se han convertido mágicamente en objetos invisibles.

¿Cómo? ¿Que te faltan dedos? ¡Estás infectada!

Efectivamente, es algo que puede ocurrirle incluso al más especial de los Kamishibais: caer en el más absoluto de los olvidos. Después del entusiasmo inicial, de ese día tan mágico donde todos estaban como locos alrededor del teatro contando historias, viene la hora de guardarlo. ¡Ale! A su caja y al fondo del armario. Y ahí se quedó para siempre. Oye, ¿tú crees que cobrará vida por la noche, cuando nadie le ve? ;)

Podemos tener algunas estrategias para que esto no ocurra:

  • Que siempre esté a la vista y bien a mano. Dentro de su caja y oculto en el armario nadie se acordará del pobre Kamishibai, y cada día dará más pereza sacarlo de ahí. Es bonito y seguro que encaja con tu decoración.
  • Que cada día tenga un aspecto diferente. Un día puede estar cerrado, otro abierto con una lámina nunca vista (recuerda el DIY), otro día puede irse de viaje como el enanito de Amelie...
  • Piensa más allá de los cuentos y más allá de la sala de juegos: puede servir para mucho más. ¿Qué podrías hacer con él en la cocina?
  1. Somos ya muy mayores.

“Hoy en día hay de todo para los niños. ¡Quién fuera uno!”

“Les encantaría el Kamishibai… si no tuvieran ya diez años”.

Dos comentarios que escuchamos con frecuencia. Si piensas que el Kamishibai es sólo para contar cuentos a los más pequeños… ¡estás infectada!

En un futuro artículo os detallaremos maneras muy distintas de usar un Kamishibai. Y es que no es solo una fantástica herramienta para contar cuentos infantiles, es todo un universo en expansión que se nutre de tus ideas y de tu imaginación. Por eso, no está indicado para ninguna edad en concreto: eso solo lo decides tú.

Bueno, ¡basta ya de excusas! ¿Cuáles son las razones por las que sí tocarías un Kamishibai? Déjanos un comentario más abajo, ¡estamos deseando escucharlas! Y si has encontrado algo de valor en este artículo no dejes de compartirlo y Me-gusta-earlo: nos mantiene muy motivados para seguir explorando esta técnica tan llena de posibilidades.

¡Hasta nuestro próximo artículo!

Publicado el 21/09/2017 Kamishibai KIDS (A4), Artículos destacados 42 11965

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42 Comentarios

  • Iñaki de Kamishibai® Universe

    Iñaki de Kamishibai® Universe 05/10/2017

    Wow! Qué felicidad ver tantas buenas razones y tan pocas excusas!
    Vuestros comentarios nos dan grandes motivaciones para seguir explorando y compartiendo todo sobre la técnica del Kamishibai.
    Mil gracias y un fuerte abrazo!!
  • lara vidal pastor

    lara vidal pastor 03/10/2017

    Me encanta tocar el kamishibai ! y además sumarle música con mi violoncello ... les atrapa todavía más a los niños ,entre las imágenes y lo musical se crea otra atmósfera .
  • Anna Vilà Reche

    Anna Vilà Reche 03/10/2017

    Lo quiero para dejar boquiabiertos a mis hijos! Si con los cuentos disfrutan mucho, imaginad con un kamishibai!
  • Virginia Juez Fuentespina

    Virginia Juez Fuentespina 03/10/2017

    Dejemonos de chistes, y pasemos a las razones por la que sí que hay que usar el kamishibai.
    Es un recurso maravillos que abre las puertas al mundo de la fantasia, una genial forma de hacer magia. Además de disfrutar contando y ver lo felices que son con este teatro.
  • Gema Diego Calvo

    Gema Diego Calvo 30/09/2017

    Quiero que entre en mi casa ese universo mágico que estoy segura que es y dejar de poner-me excusas tontas...
  • Ana Garcia nogueras

    Ana Garcia nogueras 30/09/2017

    Yo deseando estoy de volver a sacar el nuestro y esta vez con ayudante. Mi hijo mayor era un enamorado del kamishibai le pedia hasta 5 cuentos a papa Noel y ahora ya vamos a empezar a contarselos al pequeño de la casa. Sera genial!!!!
  • xandra torres barriuso

    xandra torres barriuso 30/09/2017

    Como maestra de E.Infantil, me parece una gran herramienta para fomentar el interés por los cuentos, la escucha con atención, también interactuar a lo largo del cuento con preguntas.. es una herramienta muy motivadora par ellos, y el poder tener cada cuento en los 3 idiomas que se trabaja en el aula, es una gozada. Como madre lo usaré también cuando mi hijo sea más mayor, que aun tiene solo 3 meses.
  • Antonio Rubio

    Antonio Rubio 30/09/2017

    Buenas a todos.
    Como educador infantil y pedagogo el Kamishibai me parece una herramienta poderosa y bella. Los cuentos y su narración son una forma de educación maravillosa y ancestral. Quien ponga excusas es porque no se ha dejado atravesar por esta tradición.

    Suerte y salud para todos.
  • Patri Montero Ramos

    Patri Montero Ramos 30/09/2017

    Estamos contagiados y queremos infectarnos del todo!! Queremos abrir esta ventana a la imaginación y la diversión todas las noches ❤️
  • Ana Blanco

    Ana Blanco 30/09/2017

    Me encantaría tocar un kamishibai! Mi peque tiene autismo y es muy visual, creo que sería una forma magnífica de captar su atención y pasarlo bien juntos
  • Blanca Martínez Pascual

    Blanca Martínez Pascual 30/09/2017

    Me encantaría trocar uno e ir aprendiendo porque es como una entrada a los sueños.
  • Susana Meléndez López

    Susana Meléndez López 29/09/2017

    No es que "lo tocaría".... Es que a partir de esta semana que viene voy a tocarlo dos veces por semana en el cole, en un taller de animación a la lectura para mis chicos de 4º y los de 1º. Ya lo usé con otros grupos el año pasado y el anterior y sencillamente FLIPARON.
    Cualquier día lo saco en casa (ya se sabe, en casa del herrero....) y le cuento un cuento a mi pedugo, que fijo que alucina.

    Gracias mil por esta maravilla, hace ya casi 3 años (o 4, no recuerdo bien) que lo tengo y disfruto cada vez que lo saco en el cole.
  • Laura Hernaiz Ballesteros

    Laura Hernaiz Ballesteros 29/09/2017

    Yo lo usaría con gusto, ya que se abre un mundo nuevo cada vez que abres el kamishibai!!
  • Vanesa Vargas Llavata

    Vanesa Vargas Llavata 29/09/2017

    Yo si lo tocaría encantada y mi princesita que está dotada de una gran imaginación, aún más encantada si cabe
  • Mª Jose Tomas

    Mª Jose Tomas 29/09/2017

    Lo tocaria encatada! Creo que el Kamishibai es un recurso magico para utilizarlo en la biblioteca escolar donde trabajo. Es ideal para fomentar la lectoescritura, con el los niños pueden dejar volar su imaginacion y crear historias fantasticas. Tambien es un buen recurso para que los niños pierdan la verguenza a hablar en publico. Gracias
  • Ana Carbonero Molia

    Ana Carbonero Molia 29/09/2017

    Para tocarlo, manipularlo, inventar historias nuevas, retorcer el argumento de los cuentos mil veces contados, hacer que la imaginación flote hacia el infinito... La excusa para tocarlo, ¿es para mis hijas o para mí?
  • Tatiana Rodriguez Quintana

    Tatiana Rodriguez Quintana 29/09/2017

    Sin duda estoy infectada , pero hace ya algún tiempo , aunque hasta ahora me vacunaba , creo este otoño me dejaré enfermar y tendré mi kamishibai .
  • Ángela Estévez Rey

    Ángela Estévez Rey 29/09/2017

    Me gusta el sistema para hacer el momento "cuentacuentos" más vistoso.
  • Gemma Vaquero Heredia

    Gemma Vaquero Heredia 29/09/2017

    Nosotros lo queremos porque nos encantan los cuentos, porque queremos contarle historias a los compis del cole, a las vecinas, a las titas y a los "otros" niños de mamá. Además tenemos algunos cuentos pensados para contar el!! Ojalá nos toque!!
  • Barbara Williams Segovia

    Barbara Williams Segovia 29/09/2017

    Nosotros lo que queremos son más cuentos (vale, y uno grande que el pequeño se nos queda muy pequeño jajajaja).
  • Noelia Migueles

    Noelia Migueles 29/09/2017

    Imposible no tocar un recurso tan bonito, tradicional y atractivo!! Como madre y maestra me encantaría tenerlo , estoy segura de que haría un buen uso de él!! Ojalá tenga suerte!!
  • Barbara Guillen Gonzalez

    Barbara Guillen Gonzalez 29/09/2017

    Me encanta el artículo, yo soy de las de DIY, me iba a hacer uno de cartón, pero al final no encontré el tiempo para ponerme a hacerlo! Por eso espero que me toque
  • Nuria Ramírez Pozo

    Nuria Ramírez Pozo 29/09/2017

    En casa somos muy del "hazlo tu mismo", el problema es que nos falta tiempo
  • Judit Simó Soldevila

    Judit Simó Soldevila 29/09/2017

    Perfecto para contar historias!!
  • M Carmen Gomez Martinez

    M Carmen Gomez Martinez 29/09/2017

    A mi hijo le encanta crear e imaginar historias y aunque tiene 8 años se que lo va a disfrutar mucho y asi podra espresar y explotar toda la imaginacion que tiene.
  • Emi Rentero

    Emi Rentero 29/09/2017

    Mi excusa es ¿por qué no lo tengo ya? Aiss con lo que me gusta, bueno nos gustan los cuentos, las historias y las distintas formas y recursos que hay para hacerlo.
  • Maria Paraire

    Maria Paraire 29/09/2017

    Yo no tengo ninguna de esas excusas! Es fantástico, Ona lo fliparia y nosotros seguro también!! Crear, narrar, imaginar...!!!
  • Daniela Cifras Herrera

    Daniela Cifras Herrera 29/09/2017

    Es imposible no tocarlo, si es maravilloso, alucinante y mágico el universo al cual conduce!!! Permite a grandes y pequeños detenerse en el tiempo y re-encontrarse con el niño interno para mimarlo y hacerlo cómplice de cada historia maravillosa relatada en el kamishibai. Es un regalo su existencia, un placer único para conectarnos como humanos, en estos tiempos tan tecnológicos. Gracias kamishibai por existir!!!!! Quiero ser la ganadora ☺️☺️☺️☺️☺️
  • Paula Guerrero Rubio

    Paula Guerrero Rubio 29/09/2017

    Nada de excusas!
    Sin duda tocaría un kamishibai para utilizarlo como buen recurso en mi clase de primaria. Creo que es una nueva manera de experimentar los cuentos, no solo por parte de la maestra pero para animar al alumnado a contarlos tambien.
    Genial!
  • Laura Caballero Muñoz

    Laura Caballero Muñoz 29/09/2017

    Claro que lo tocaria!!! Solo por ver la cara de alucine de mi pequeño al escuchar y ver esta magnifica y original forma de contar historias.
    Gracias!
  • Sandra Isoldi

    Sandra Isoldi 29/09/2017

    No hay nada más maravilloso que regalar tiempo a los tuyos, y kamishibai es compartir historias compartir tiempo imaginación.... Me veo con mis niñas contando cuentos y llevándolo a sus fiestas de cumpleaños para contagiar a todos sus amigos de la magia que tiene un momento kamishibai. Creo que si lo tocaría, ¿no??
  • Naty Bellido

    Naty Bellido 29/09/2017

    Infectados!!! Jajjaja
    Mi razón para tocar el Kamishibai y disfrutarlo es sencilla, porque es autentica mágia y es la oportunidad de tocar y disfrutar la magia!
    Hay que disfrutar de la experiencia única de tocar y sentir un kamishibai!!! seas como seas, tengas la edad que tenga!!!
  • Susana Fernandez ruiz

    Susana Fernandez ruiz 29/09/2017

    Creo que me he dado todas las excusas del mundo mundial, a ver si lo hago yo misma, igual no me hacen ni caso, igual se muere del asco en un armario... todos los años voy a contar cuentos a coles, y uso álbumes ilustrados, a los niños les encanta como los cuento pero tengo la espinita clavada.. siempre que tengo que ir a contar los cuentos miro y remiro el kamishibai, y siempre encuentro una excusa para no comprarlo, todos los años lo miro... Sé que a los niños del cole les encantaría..
  • Sabino Aranzabal Garcia

    Sabino Aranzabal Garcia 29/09/2017

    Es un espectaculo para toda la familia.
  • Laura Fernández Martín

    Laura Fernández Martín 29/09/2017

    No sólo lo tocaría, si no que primero los usaría en casa para practicar con mi peque y cuando lo tuviera dominado lo llevaría al cole para mis alumnos!!Doble aprovechamiento!!
  • BEATRIZ DE DIEGO HERRERA

    BEATRIZ DE DIEGO HERRERA 28/09/2017

    Me encanta!!! Es una preciosidad... y los niños prestan mucha atención al cuento y a toda la teatralización que le rodea. Lo he usado una sóla vez, pero con muchas ganas de sacarle más partido..... Sería estupendo tener el pack de iniciación al Kamishibai familiar. Gracias
  • Patricia Santos

    Patricia Santos 28/09/2017

    Madre mia! Con las ganas que tengo yo de tener uno! Para casa con mis hijas y para usarlo en el cole con mis alumnos!!!! Alucinarían!!
    Como decís, todo son excusas y vivimos en una época donde nos sentimos muy egoístas, pero yo quiero hacer actividades de calidad con mis hijas y mis alumnos. Gracias!
  • Isabel Blanco Selas

    Isabel Blanco Selas 28/09/2017

    Excusas y nada más que excusas!!!
    Quien pone excusas no sabe lo que se está perdiendo.
    En la biblioteca en la que trabajo hace años que lo utilizamos, jugamos, inventamos, contamos, creamos nuestras propias historias... hasta cantamos con el Kamishibai.
    Los niños/as viven una experiencia inolvidable creando sus propias laminas.
    Gracias por este estupendo recurso que me ayuda a acercar la lectura a los pequeños usarios .
  • Manuel Peña Hermosa

    Manuel Peña Hermosa 28/09/2017

    Creo que yo estaría en el grupo de excusas 3, ¿conseguiré que al contarlo los peques lo disfruten? Me gustaría lanzarme, y sé que lo haré más tarde o más temprano, porque realizo talleres con niños. Ya disfrutan muchos de los cuentos y esto nos ayudará a crear nuestras propias historias, a imaginar y a divertirnos!
  • Aleja Fernández Gandarillas

    Aleja Fernández Gandarillas 28/09/2017

    Encantada estoy de tocar mi kamishibai A3 cada vez que puedo y mis niñas lo adoran .me encantaría poder disfrutar del formato familiar.Gracias
  • Alejandro Ahumada Avila

    Alejandro Ahumada Avila 28/09/2017

    No solo lo tocaría, si no que ya lo he hecho... y construyendo yo mismo mi butai. Que todavía no se ha roto y me ha creado un vínculo que se extiende cada vez que compro un cuento en Sieteleguas. No hay manera de describir lo que veo en los ojos de las niñas y niños cada vez que abro el teatro y las láminas empiezan a pasar mientras leo o cuento la historia, casi casi inventandandomela en el momento. Solo por eso creo altamente recomendable el dar el paso y tocar bien tocado un kamishibai. Es una experiencia inolvidable.
  • Rut Garcia

    Rut Garcia 28/09/2017

    Genial la manera de desmontar excusas baratas!!!
    Yo sí tocaría un kamishibai, porque es emocionante ver cómo los niños disfrutan escuchando y viendo de una manera tan original cuentos e historias con valores y significado, tan necesarios en nuestros días. Gracias por darnos esta herramienta para acercarnos a ellos.

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